ANTIGÜEDAD
Las primeras formas farmacéuticas se encontraban en civilizaciones antiguas como Mesopotamia, donde se usaban plantas medicinales y se realizaban pruebas con esclavos para experimentar sus efectos.
La historia de las formas farmacéuticas es tan antigua como la de la medicina misma, comenzando con las primeras civilizaciones que utilizaban plantas medicinales para tratar enfermedades. A lo largo de la historia, han evolucionado desde simples preparados como pomadas y lociones, hasta la compleja tecnología farmacéutica actual, incluyendo comprimidos, cápsulas, soluciones y más.
Las primeras formas farmacéuticas se encontraban en civilizaciones antiguas como Mesopotamia, donde se usaban plantas medicinales y se realizaban pruebas con esclavos para experimentar sus efectos.
A mediados del siglo XX, la farmacología y la farmacocinética impulsaron el desarrollo de nuevas formas farmacéuticas, enfocadas en la liberación controlada del fármaco, la absorción, distribución, metabolismo y excreción.
Existen diversas formas farmacéuticas según su estado físico, como sólidos (comprimidos, cápsulas), semisólidos (pomadas, cremas), líquidos (soluciones, suspensiones) y gaseosos (aerosoles).
Civilizaciones como la egipcia y la griega también desarrollaron sus propias formas farmacéuticas, utilizando plantas, minerales y animales para preparar medicamentos.
Las primeras formas farmacéuticas incluían pomadas, lociones, cataplasmas, enemas, infusiones, vinos, emplastos, entre otras. Los sumerios llevaron a cabo las primeras operaciones farmacéuticas (desecación, pulverización, molienda, prensado, filtración, decantación, etc) y propusieron formas farmacéuticas como pomadas, lociones, cataplasmas,...
La preparación de medicamentos pasó de ser un proceso artesanal a una producción industrial tecnificada, con la introducción de nuevas tecnologías y la creación de formas farmacéuticas más eficientes.